14.7.06

Elba Esther

Elba es aquella que habita en las montañas, Esther es aquella que brilla como una estrella. Origen es destino y de los nombres no se escapa nadie. Elba Esther se oculta en lo alto, titiretera fabulosa que entretiene nuestras infantiles perversiones. Elba Esther regresa y brilla plena, dos líneas declaradas que ponen todo en orden. Entre odios y amores lo común es la admiración. Madre amorosa, madre despiadada. Mujer de soledades y compañías necesarias.
La política se hace de apapachos y jalones de oreja (maestra al fin). Elba Esther es implacable sin maldad, indispensable sin bondad. Las fichas en todos los tableros, bisagra de los enemistados. Elba Esther no necesita de las urnas para ser, le basta andar segura en los templetes necios del corporativismo y el te social.
El sexenio 2006-2012 tiene su nombre impreso. Elba Esther se sobrevive a si misma, a sus enemigos, a sus protegidos. Origen es destino.
Ya Chiapas y esa sociedad fosilisada de comitecos negados al tiempo. Ya Ciudad Neza terregal de oportunidades (la pobreza es fuente inagotable de fortunas). Ya Gustavo A. Madero inicio de favores eternamente agradecidos. Ya el SNTE monstruo de millón y medio de cabezas que se acurruca dócil en las faldas de su madre. Ya el Congreso espacio de hombres mentecatos de cortas ideas y largas ambiciones. Ya San Diego refugio seguro de mil hilos. Ya Polanco y sus vecindades tan cómplices.
Elba Esther aguarda sus horas y sonríe complacida. Caminar sobre cadáveres es prueba irrefutable de su profundo amor por México. Exorsizadora de demonios tropicales. Elba Esther seduce a todos, por nuestros miedos, por nuestras ambiciones, por nuestros recuerdos, por nuestras perversiones.
Elba Esther lo sabe, la política es femenina: reproduce y castra, alimenta y debilita, abraza y sofoca.

1 comentario:

Ashes77 dijo...

this blows