30.7.06

Hilito conductor (o el arte no es como lo pintan)

Esto de los monólogos, no otra cosa es la escritura, es piso resbaloso. Se corre el riesgo de hacer una pila al ego, acumulaciones quemables de 'inteligencia' o 'sentido del humor'. Se corre el riesgo también de hacer un discurso-boomerang, que tiene un emisor y receptor únicos. Jugar contra un muro, con ese mismo ruido intolerable de la pelota rebotando necia. La escritura busca para si significados, explicaciones únicas en su forma o en su contenido de lo que cualquier par de ojos pueden ver, busca una forma de trasladar los objetos en sentidos.
2+2 no es cuatro, 2+2 es más que cuatro, ese es el mantra. Unir dos cosas que al sumarse crean un objeto que supere a la unión de sus partes. Ese es el sentido de la metáfora y la adjetivización: "sol salado de silencios". Todo al nivel de los sentidos, del efecto estomacal de las imágenes. El sol no tiene un gusto conocido, ni la falta de ruidos deriva en sabores. El texto nace de la realidad, la aniquila y la resucita. El término sería recrearla, pero sería un término impreciso. La recreación es la transformación de un objeto a partir de sus propios elementos. La escritura no recrea la realidad, la desarma, la simula, incluso, la gesta. La describe a partir de combinaciones estéticas que se rebelan ante las dimensiones objetivas de sus objetos (pleonasmo necesario).
Pero claro, el texto no es aleatorio, como forma de comunicación está sujeto al significado, al lenguaje y sus finitas posibilidades. El texto es una forma de conocimiento, o transmisión de conocimiento, o no es. Es por tanto libertad, intuición y despilfarro.
Hay también intencionalidades, el sujeto. El individuo de pulsiones que se coloca como filtro de un momento, un espacio, y sus dimensiones. El texto nace de los deseos, las ganas, las carencias dialógicas (ironía). La belleza es una necesidad. No hay objeto amoroso sin el sujeto que lo objetive, defina sus contornos, sus dimensiones, las formas de aprehenderlos. Paradoja sonriente, un arbol existe en el bosque sin nosotros, el objeto amoroso no. La belleza duele, pero no nos duele a todos, ni en el mismo lado. El hilito conductor del texto son las pulsiones y las armas que eligen para la batalla.
De ahí el amor-odio a las palabras. Madres y putas, dicotomía fatigada pero inevitable. Producen y traicionan, gestan y escupen, besan y muerden.

28.7.06

País

País dejado, país abierto, país cubierto, país supuesto, país tentado, país vedado, país trepado, país converso, país nuevo, país coágulo, país río, país pasado, país gemido, país adentro, país tan mío.

Tan mis piedras.

¿De cuál de tus suelos me botaste? ¿Cómo sé a dónde herirte?

Tan tus piedras, tan mis fríos. Te quedaste a medias entre la sangre y la sonrisa.

País burlón, país chingón. ¿Nos reímos? ¿Juntos? ¿Me golpeas la espalda como carnalitos?

Ándale, platícate conmigo, embrutezcámonos juntos, de líquidos pegajosos y amargos.

Ándale, que nos toquen los aullidos, guitarrones y violines, dolores sintéticos para bien engañar a los reales.

Ándale, caigámonos de la nube en que andamos y que nos mastique una hermosa criatura.

Dolor apropiado, compartido. Amanezcamos otra vez entre los brazos y querámonos decir no sé qué cosas.

País enclenque, país padrote. Rimeléame los opuestos, polvéame lo visto. Rómpeme las dignidades necias, obliga mi mano a tu tobillo, si se va.

Amor de mi calle que vendes tus besos a cambio de amor. Redondo, retorno. Amor empedrado y mojado, terciopelos precisos y tacones traidores.

Ándale, una sola, sin voz, una, la que sea, la que nos caiga como destino. Rasposa y sucia. Viento polvoso de excrementos y difuntos.

País grasiento, país hambriento.

Dos con todo pa’llevar comiendo. Para saber que soy, que devasto, que me basto. Que me tienes y abandonas.

¡Ay qué dolor vivir!

Ándale, mírame lloroso como tus hombres, desengañado con palabras ajenas, con canciones repetidas, sistemáticas.

Yo sabía de alegrías, país ausente, país pariente, pero no de soledad. No me dejes esperar, que sea sólo presente, lo que hay, lo que alcanza. Que no me crea el rey de todo el mundo, que sea capaz de perdonar.

Ya no mas faldas de madre ni ausencias de padre.

Ya yo solito en tus cinturas.

País torcido, país nacido.

País jodido.

26.7.06

¿Y dónde está el Estado? (Publicado en Excelsior, 26/07/06)

En relaciones internacionales las explicaciones tienden a ser excesivamente rígidas y las realidades excesivamente flexibles. Uno de varios supuestos insostenibles asume que los Estados son ‘cajas negras’ en las que lo que ocurre al interior no afecta su comportamiento al exterior.

Justamente contra este supuesto se dirige la llamada teoría de la paz democrática, quizás el tema de mayor solidez teórica en relaciones internacionales. Existe algo en el mundo que merece ser explicado: las democracias pelean tanto como las dictaduras, pero no pelean entre si. Las democracias no se hacen la guerra. Las explicaciones de esta paz democrática apuntan hacia un mismo lugar: todo político quiere permanecer en el cargo el mayor tiempo posible, en una democracia esto se logra mediante la provisión de buenas políticas públicas, y perder una guerra no es una buena política pública.

Entonces, las democracias son más selectivas en los conflictos que deciden pelear y tienden a resolver los problemas entre sí mediante la negociación. Por ello, las excepciones históricas de democracias que atacan otra democracia mucho más débil han tendido a ser guerras imperialistas y/o bien sujetas a criterios superiores de seguridad (i.e. la Guerra Fría).

Quizás ningún episodio histórico ha complicado más a la teoría de la paz democrática que el conflicto actual entre Líbano-Israel-Palestina. Israel es la única democracia consolidada en Medio Oriente, por su parte Líbano y Palestina son los únicos países musulmanes en dirección a la democracia electoral (puede discutirse el caso de Jordania).

Así, la actual guerra en Medio Oriente es una guerra entre los países más democráticos de la región. Aunque a veces, vemos países sin ver Estados. La teoría de la paz democrática comparte un supuesto con aquellas viejas teorías de las relaciones internacionales: el Estado es el actor central de las relaciones internaciones. Esto supone dos cosas, que el Estado existe y que no hay ningún otro actor dentro del territorio nacional que domine las relaciones internacionales del país. Ambos elementos fallan en Líbano y Palestina.

Líbano es un Estado reencontrado consigo mismo después de haberse desvanecido entre la guerra civil y la ocupación siria, que no tiene el control del sur de su territorio, que sufre los ataques de Israel que están dirigidos a un grupo no-estatal autónomo y beligerante, el Hezbolá. Palestina es un Estado residual, discontinuo entre Gaza y Cisjordania, sin capacidades recaudatorias o comerciales, amagado por Israel y secuestrado por Hamás.

Vaya ironías. 1. Las promesas democráticas de Medio Oriente son justamente las de Estados más débiles que buscan en la democracia el camino a su fortalecimiento. 2. La guerra es un modo de fortalecer a los Estados (se ha argumentado que su ausencia es una causa de la debilidad de los Estados africanos por ejemplo). 3. Lo que sucede en Medio Oriente es un ataque de una democracia sobre otras, pero como parte de la guerra entre un Estado y actores no-estatales.

Así, la tarea más importante es el fortalecimiento de los Estados Libanés y Palestino, ese es el reclamo israelí, ese es el deseo internacional y ese es, sin duda, el mejor escenario para los actuales gobiernos de ambas naciones. Si ese es el resultado de este conflicto, entonces veremos en el futuro a tres democracias electorales en tres Estados fuertes, que no carecen de conflictos, sino que los resuelven sin el uso de la fuerza: la paz democrática. Una paz en la que no Hezbolá ni Hamás tienen cabida.

21.7.06

El PREP, el conteo distrital, las distribuciones (y las confusiones)

Este es un texto difícil, poco claro, poco conclusivo (a quien le de flojera el asunto estadístico puede saltar hasta el final y leer algunas conclusiones).
Creo que se debe más a mi necesidad de entender que de explicar. Podría escribir sobre asuntos más personales, más emocionales digamos, que de esos sobran después del 2 de julio. Los por qués itinerantes. ¿Por qué voté por López Obrador? ¿Por qué quizás no lo haría nuevamente? ¿Por qué, entre el pecho y la cabeza, se me vuelven a atorar algunas dudas? ¿Por qué escucho el discurso de López Obrador y siento esta pesadéz estomacal? ¿Por qué los discursos excedidos de acusasiones y carentes de argumentos convincentes? ¿Por qué me irrita la cobardía de unas manos que en la madrugada destruyen la opinión de quienes, equivocados o no, manifiestan sus sospechas sobre el proceso electoral? ¿Por qué coños estoy yo a las 12:34 a.m. pensando y escribiendo estas cosas?
Para mi fortuna creo que soy todavía el único lector de mi blog, así que eso me evalentona lo suficiente para seguirle. Van dos prevenciones de por medio. En primer lugar, no soy experto en estadística, mucho menos en teoría de probabilidades. En segundo lugar, los datos aquí presentados, no son propios, pertenecen a una página generada por el Dr. Luis Mochán, investigador y físico de la UNAM, quien en un tono, me parece, harto prudente, presenta algunas cuestiones interesantes respecto al comportamiento de los datos generados mediante el PREP y el Conteo Distrital.
Dicho esto, empecemos (para ver mejor las gráficas, den click sobre ellas).
Primero el PREP.
Me salto las gráficas iniciales y empiezo por la figura 5 que grafica la distribución en la diferencia de votos entre Calderón y AMLO contra la acumulación de actas acumuladas:Aquí lo peculiar es el cambio abrubto entre tendencias. Por supuesto, esperamos fluctuaciones dado el timing de arribo de las actas a lo largo de todo el proceso de conteo, no necesariamente estos cortes tan dramáticos. ¿Se parece esto a lo que uno esperaría? Primero debemos señalar que Madrazo se encuentra ausente de esta medición. Segundo, no sabemos que tanto se parece esto a una distribución esperada.
La segunda gráfica muestra la acumulación de votos contra la acumulación de actas procesadas hasta 70,000:
Aquí el tema es el comportamiento de extrapolaciones. Lo que hacen es ver el comportamiento esperado hacia atrás y hacia adeñante de la acumulación de votos con base en el comportamiento observado en el rango de 10 mil a 20 mil actas procesadas. En el caso de Calderón el ajuste es casi perfecto entre la línea de extrapolación y la línea observada. En el caso de Madrazo hay un pequeño sesgo positivo de la línea observada, esto significa simplemente que Madrazo acumuló más votos de 'lo esperado' hacia el final del proceso, lo que se ajusta a la intuición del voto rural priísta que siempre llega un poco más tarde. El caso de AMLO es el más interesante. En ambos lados la línea real y la línea de extrapolación no se ajusta. Hacia la derecha la línea real tiene un sesgo negativo, eso bien puede decir que las ganancias reales de Madrazo fueron las pérdidas 'no esperadas' de AMLO. Lo notorio es hacia la izquiera, la de AMLO es la única extrapolación hacia el origen que NO CORTA EN CERO, sino en -126, 135 votos. ¿Esto que significa? una posibilidad es que contrario a lo esperado, las últimas casillas reducieron su apoyo a AMLO, y esto sucedió además monotónicamente, o bien, como lo frasea el profesor Mochán: " En un escenario de mucha especulación sobre conspiraciones, estos datos podrían interpretarse de la siguiente manera: Pareciera haberse restado un voto a favor de AMLO por cada una de las 130,000 casillas durante la acumulación de los resultados. Seguramente, se podrían encontrar otras explicaciones. Será interesante saber por qué el voto de las primeras 10,000 casillas fue tan distinto al de las 60,000 casillas subsiguientes..." Demasiada especulación supongo. Pero sigamos.
Me salto varias gráfica y llego a otro grupo interesante. Aquí se presentan los histogramas correspondientes a la frecuencia en el número de veces que un candidato obtuvo determinado número de votos. Esto es, por ejemplo en cuántas casillas Madrazo obtuvo 10 votos, en cuántas 11, en cuántas 12...Empecemos entonces con Madrazo:
La distribución del voto por madrazo por acta es impecable, de "libro de texto" nos dice el profesor. Tiene 0 casillas con 0 votos, y se comporta normalmente. Ahora, la de AMLO:
El caso de AMLO es un poco más complejo. EL corte en el origen se corresponde con lo que de hecho paso en las urnas, 0 votos en alrededor de 50 casillas. Lo extraño, no dice el profesor, el máximo de ocurrencias está por ahí de los 50 votos por casilla y se desvanece suavemente a la derecha, so far so good. El asunto está a la izquierda del máximo, "podría describirse muy bien por una burda línea recta" nos dice el profesor quien confiesa nunca haber visto una distribución probabilísta de ese tipo. A lo que se agrega que el máximo parece un pico, es decir, la frecuencia no se reduce suavemente para llegar a un máximo, sino que se llega a un máximo y decrece súbitamente. Nos dice el profe, "Esta curva podría describirse como una curva típica a la que se le cortó una parte"...Esto no significa que le 'cortaron' una parte, así se ve solamente. Ahora que, no será que justamente la parte 'cortada' corresponde a las actas que se incorporaron después?, aquellos famosos 3 millones de votos en actas con inconsistencias? pura especulación...
Veamos ahora la de Calderón:

La de Calderón, nos dice el profe, es la más atípica de todas las distribuciones. Tiene un máximo muy 'ancho', lo cual es simplemente curioso. Lo raro está en el 'máximo local' alrededor de los 15 votos, que decrece abrubtamente cortando el eje en una sola casilla (o eso parece). El profe encontró que esta anomalía se debe principalmente a las útimas actas procesadas, entonces, si graficamos (bueno, yo no tuve nada que ver, así que no hay un 'graficamos', sino un 'graficaron') la frecuencia del número de votos por casilla sólo para las últimas 30 mil actas procesadas, en el caso de Calderón tenemos:

Lo primero que salta es la gran diferencia en la distribución de frecuencias entre las últimas 30 mil actas y el total de actas. Uno esperaría una distribución similar aunque quizás con una dispersión mayor. En cambio, nos dice el profe, "Estos datos tienen la forma típica que corresponde a la suma de dos distribuciones distintas, cada una con sus propias características". Lo curioso es ver que es sólo la distribución de Calderon en las últimas 30 mil actas procesadas la que se comporta visiblemente distinta a la distribución total. En los caso de AMLO y Madrazo, tenemos:

Las distribuciones de frecuencias para ambos candidatos para las últimas 30 mil actas procesadas son casi idénticas a aquellas con la totalidad de actas. Las diferencias son sutiles. En primer lugar, como esperaríamos la dispersión es un poco mayor. En segundo lugar, el máximo de Madrazo está un poco más a la derecha, esto es, Madrazo recibió más votos en más casillas al final del proceso. Finalmente, la gráfica para AMLO es idéntica a la de la totalidad de actas.
Quizás la gráfica más determinante en la página del profe (perdón por el exceso de confianza, pero es resultado de una tarde dedicada a la lectura de su página) es la figura 21.5, en ella se presenta la distribución de la diferencia de votos entre Calderón y AMLO:
Por supuesto, a la derecha del cero tenemos las actas en las que Calderón superó a AMLO y la frecuencia de dicha ventaja, a la izquierda las actas en las que AMLO superó a Calderón y la frecuencia de la ventaja específica. El máximo, esto la frecuencia más común, se encuentra alrededor del cero, lo más común fue pues una ventaja muy cercana a cero. Lo raro está claro cuando uno ver la curva a partir de frecuencias superiores a las 250 actas. El profe comparó la curva observada con una curva ajustada gaussiana ("N=A exp(-B(V-C)^2), donde N representa el numero de veces que Calderón le llevo V votos de ventaja a AMLO y A= 432.819+/- 4.352, B = 4.15445x10^{-05} +/- 3.944x10^{-07} y C = 0.126841+/- 0.3256 son los parámetros del ajuste"). El ajuste es bastante bueno en las frecuencias bajas, pero en la parte superior de la curva el ajuste es bastante malo. La distorsión es muy grande. El profe concluye:
"notamos que su centroide está desplazado una distancia muy pequeña hacia la derecha, es decir, que en promedio Calderón le hubiera ganado a AMLO en 0.1 votos por casilla si la distribución hubiese sido la gaussiana ajustada arriba, i.e., hubiera ganado la elección por 10,000+/- 30,000 votos aproximadamente. Sin embargo, su ventaja fue mucho mayor gracias a la deformación en la cima de la distribución. La distribución tiene un cambio discontinuo de pendiente cerca de V=-100. ¿Por qué la distribución es aproximadamente gaussiana en la mayor parte del intervalo? ¿Por qué la distorsión en la parte alta de dicha distribución? ¿Por qué el cambio de pendiente es abrupto al llegar a dicha distorsión?"
Noten que la 'distorsión' empieza en el 'cruce' de una ventaja de AMLO un poco menor a los 100 votos y la frecuencia de dicha ventaja un poco por debajo de las 350 veces...
Para cuantificar la contribución de estas distorsiones en la distribución 'esperada', el profe graficó la diferencia entre los datos del PREP y la curva ajustada:
Nótese que cuando la ventaja a favor de AMLO o Calderón es de más de 100 votos, los datos del PREP se ajustan a lo esperado por la curva ajustada. ¿O sea cómo?: "Sin embargo, en la región entre -100 y 0 los datos están sistemáticamente desplazados hacia abajo y entre 0 y 100 están sistemáticamente desplazados hacia arriba, con un mínimo cerca de -50 y un máximo cercano a 80. Es decir, hay menos casillas en las que AMLO gano por poco que las que seguirían de la distribución normal, y hay más casillas donde Calderón ganó por pocos votos que las que predice la distribución normal." Claro que esto puede deberse a que en la realidad (esa rara realidad), en las casillas 'competidas', los votantes apoyaron a Calderón más que a AMLO y que la frecuencia de estas casillas y los votos en ellas emitidos tuvieron de hecho un comportamiento distinto al resto (si alguien tiene una mejor intuición sobre esto compartanlo!). Ahora: "La contribución de la región entre -100 y 100 se puede estimar de multiplicar el tamaño de la anomalía por el número de votos involucrado y sumar dentro de la misma región, y conduce a una ventaja de 357,000 a favor de Calderón por encima de AMLO. ¿Cual es el origen de la bajada y subida en esta figura?"...

Pasemos ahora al conteo distrital.
Hay que señalar en primer lugar que se trata de datos distintos. Hay 13,501 actas que no se habían incluído en el PREP y cuya distribución de votos fue: FCH 31.02%, RM 30.86% y AMLO 35.59%. 4.5% de ventaja para AMLO, uno hubiera esperado que la probabilidad de cometer errores se distribuyera uniformemente entre la población...
Empecemos por ver las frecuencias en el número de votos obtenidos por los tres candidatos por acta procesada:
Como ven, la distribución de frecuencias del conteo distrital parece ser indéntico al del PREP. La gráfica muestra las mismas peculiaridades de las primeras tres que incluí en este texto. Como esperaríamos, la dispersión de los datos es menor, lo que permite identificar que "La anomalía en la curva de Calderón muestra ahora un mínimo muy claro en 26 votos 420 actas y una subida sistemática hasta un máximo en 6 votos con 560 casillas". Nuevamente, estas son cosas que pueden pasar en la realidad, son posibles, aunque poco probables.
Ahora, el profe hace un ejercicio muy interesante: dividir la distribución de frecuencias regionalmente. Así, grafica para el norte (Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Coahuila, Colima, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, San Luis, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Zacatecas) y para el sur (Campeche, Chiapas, Distrito Federal, Guerrero, México, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán). Por tanto, la diferencia en los datos puede depender de la clasificación por regiones. De cualquier forma, los resultados son harto reveladores. Veamos el norte:
Nada demasiado revelador. Tanto Madrazo como AMLO muestran que la mayor frecuencia se corresponde a actas en las que obtuvieron alrededor de 50 votos, mientras que en el caso de Calderón se encuentra en actas en las que obtuvo alrededor de 120 votos. Claramente, el norte fue ganado por Calderón. Ahora, veamos el sur:

La frecuencia de votos de Madrazo se mantiene similar, con un poco más de actas con más de 100 votos para él. La distirbución de AMLO se parece ahora a la que tenía Calderón en el norte, aunque su mayor frecuencia está muy cerca de los 150 votos por acta. De nueva cuenta, es la curva de frecuencias de Calderón la del comportamiento extraño.
Si comparamos las distribuciones de frecuencias totales, de AMLO, de Calderón y de la suma de ambos:
"A pesar de que las distribuciones correspondientes a Calderón y a AMLO son muy extrañas, la distribución de votos totales y de votos válidos las cuales contienen datos de ambos candidatos parecen ser normales. Incluso, la distribución para la suma de votos de Calderón+AMLO también parece ser normal, como muestra la figura. Tal parece que las peculiaridades de ambas distribuciones se cancelan una a la otra. Parafraseando a Gerardo (Horvilleur), ¿por qué habría una relación como esta entre dos variables, las cuales son más o menos independientes ya que los que no votaron por el PRD no estaban obligados a votar por el PAN: había otras opciones?" Pero, ¿Había en verdad otras opciones?...
Veamos ahora la parte más interesante, ¿se acuerdan de la distribución de frecuencias en la diferencia de votos entre Calderón y AMLO? Esto es, la distribución del número de veces en que cada candidatos superó al otro por V votos?. Bueno, veamos como se comporta en el conteo:

De nueva cuenta, tenemos el comportamiento anómalo en la frecuencia, en este caso por encima de 350, en el que la curva tiene un cambio brusco en su tendencia, que se corresponde a las actas en las que AMLO tiene una ventaja entre 50 y 0 votos. Si comparamos esta distribución para las dos regiones del país:

La curva nacional es anómala por que es la suma de dos curvas con comportamientos diferentes. Mientras que la curva correspondiente al sur (sí, la amarilla), tiene un muy buen ajuste con la curva gaussiana esperada, la curva del norte tiene un comportamiento extraño. Si las vemos empalmadas:
¿Qué es esto? Bueno, pues intuitivamente nos dice que en norte, y sólo en el norte, la frecuencia de votos de uno de los candidatos crece repentinamente entre los 100 y los 0 votos a favor. El candidato es AMLO. Esto significa que en el norte del país conforme la elección por casilla se tornaba más competida, la frecuencia de votos de ventaja por casilla para AMLO se redujo más rápido de lo esperado: "Los astrónomos reconocerán en la curva del Norte el llamado Perfil P Cisne (según Gloria Koenigsberger), correspondiente al espectro que describe el color de la luz proveniente de ciertas estrellas cuya radiación es selectivamente absorbida por el viento estelar." Selectivamente absorbida...El punto es saber el origen de esta 'absorsión selectiva'; esto es, el origen de la anomalía en la distribución de frecuencias fue producto de una distribución anómala de preferencias dentro de las secciones (así se portaron los electores) o si fue un sesgo de conteo y/o procesamiento...No sabemos.
Lo que sí sabemos es que las anomalías norteñas se deben básicamente a 4 estados: Chihuahua, Guanajuato, Jalisco y Nuevo León. Nótese (cosa que el profe parece no tomar en consideración) que 2 de estos 4 estados tuvieron elecciones locales para gobernador concurrentes (Jalisco y Guanajuato), mientras que en Nuevo León hubo elecciones locales para el Congreso Estatal y las alcaldías (Gracias a Valdemar Díaz por hacerme notar esto). Si vemos la distribución de frecuencias para estos estados:

Se trata de una distribución que el profe llama "Completamente anómala", es muy asimétrica y tiene una enorme dispersión en torno al punto máximo. AMLO ganó muy pocas casillas, la mayoría de ellas por muy muy pocos votos. En cambio, Calderón ganó muchas casillas, la mayoría de ellas por alrededor de 100 votos. Lo verdaderamente notorio es que la distribución de frecuencias de la distancia entre los votos de Calderón y AMLO para el resto de los estados del norte (excluyendo a los 4 estados de arriba) tiene un comportamiento mucho menos anómalo y se ajusta mucho mejor al comportamiento esperado:
El profe concluye:

" A partir de un análisis de los datos que el PREP volvió públicos, he encontrado, con ayuda de muchos colegas y de colaboradores que me son aún desconocidos, una larguísima serie de resultados que, a mi parecer, son anómalos y demandan una explicación detallada. Quizás haya expertos en elecciones y expertos en estadística que puedan ofrecer dicha explicación, o quizás sea necesario esperar el desarrollo de investigaciones científicas detalladas sobre esta elección; sin duda, investigaciones conclusivas de este tipo requerirán mucho tiempo en llevarse a cabo. Quizás no haya problemas con el PREP y las anomalías que he señalado no lo sean en realidad. Sin embargo, mientras no se realicen las investigaciones a que me he referido y no veamos los resultados o hasta que nos aclare algún experto nuestras dudas de manera convincente, y con base en la información que he logrado recopilar y los análisis que he logrado realizar, considero que es razonable sospechar que pudo haber habido una manipulación de los resultados reportados por el PREP."

La conclusión es pues que la distribución de frecuencias de votos, independientemente del momento de su inclusión en el PREP o en el Conteo Distrital, presentan comportamientos probabilísticos anómalos, particularmente para los casos de AMLO y Calderón, que parecen darle una ventaja electoral al segundo. ¿Es esto una señal de fraude electoral? La única respuesta posible es que no lo sabemos. Tampoco sabemos si estas anomalías estadísticas tienen su origen en la generación (el momento de votar), en el cómputo (dentro de las juntas distritales) o en el procesamiento de los datos (la agregación y publicación por parte del IFE).
Queda bastante por hacer, por lo pronto hay tres obvias: 1) ver el arribo temporal de las actas por distrito (sugerencia del siempre sabio Marco Morales), 2) ver la distribución de frecuencias por porcentajes y no por diferencias en votos, 3) comparar las distribuciones entre estados con elecciones concurrentes (todos estados con preferencias más panistas que perredistas, con excepción del Distrito Federal) y estados en los que hubo únicamente elecciones federales.


Hasta haber jugado con los datos y evaluar estas tres opciones...nos vemos.

20.7.06

Numeralia: Mexicanos en Estados Unidos

40.4 Millones de hispanos en Estados Unidos para el 2004.

26.6 Millones de habitantes de origen mexicano en Estados Unidos en 2004.

9.07 Millones de habitantes de origen mexicano en Estados Unidos en 1980.

5.42 Millones de habitantes de origen mexicano en Estados Unidos en 1970.

13.83 Porcentaje de la población de origen mexicano en Estados Unidos en 1970 que había nacido en México.

40 Porcentaje de la población de origen mexicano en Estados Unidos en 2004 que había nacido en México.

10.64 millones de habitantes en 2004 en Estados Unidos que nacieron en México.

49 Porcentaje de mexicanos radicados en Estados Unidos en el 2000 que habían cruzado la frontera entre 1990 y 2000.

65.8 Porcentaje de hispanos en Estados Unidos en 2004 que eran de origen mexicano.

9.2 Porcentaje de la población estadounidense de origen mexicano en el 2004 (1 de cada 12 habitantes en Estados Unidos es de origen Mexicano).

2.66 Porcentaje de la población estadounidense de origen mexicano en 1980 (1 de cada 50 habitantes en Estados Unidos era de origen Mexicano).

17.2 Porcentaje de la población mexicana en México de más de 19 años que en 2000 contaba con algún nivel de educación preparatoria cursado.

45.8 Porcentaje de la población de origen mexicano en Estados Unidos de más de 25 años que en el 2000 contaba con educación preparatoria terminada.

7.5 Porcentaje de la población de origen mexicano en Estados Unidos de más de 25 años que contaba con educación universitaria terminada.

77 Porcentaje de los trabajadores manuales asalariados en el campo estadounidense que nacieron en México.

2.6 Porcentaje de los hispanos de origen mexicano en Estados Unidos que trabajaban en el campo para el 2004.

58.8 Porcentaje de los hispanos de origen mexicano en Estados Unidos que trabajaban en el sector servicios para el 2004.

24.1 Porcentaje de la población de origen mexicano en Estados Unidos que se encontraba por debajo de la línea de pobreza.

En 7 de las 10 ciudades más pobladas de Estados Unidos 1 de cada 4 de sus habitantes es de origen Mexicano: Los Ángeles, Chicago, Houston, Dallas, San Antonio, San Diego y Phoenix.

50 Porcentaje de los hispanos en Estados Unidos que viven en Texas o California.

6 son los estados de la Unión Americana en los que más del 10% de la población es de origen mexicano: Arizona, California, Colorado, Nevada, Nuevo México y Texas.

3 son los estados de la Unión Americana en los que más del 25% de la población es de origen mexicano: Arizona, California y Texas.

19.7.06

El Partido de la Acción y el Partido de Dios (Publicado en Excelsior, 19/07/06)

Los conflictos internacionales de dimensiones globales tienen en ocasiones dimensiones geográficas muy pequeñas. Es el caso de Israel, tierra prometida, arrebatada, defendida y vulnerada. Israel con una extensión territorial equivalente al estado de Hidalgo (desde 1973 después de la Guerra de Yom Kipur) ha sido fuente inagotable de inestabilidad regional y global desde su fundación. El conflicto en Medio Oriente es un conflicto que parece irresoluble, reciclable al infinito. Conflicto moral, de principios, de memorias históricas que ni desaparecen ni se negocian. El conflicto como forma de vida, como garantía primordial de la propia existencia política.

El conflicto que depende de la acción de grupos organizados por fuera y dentro del Estado. El caso de Hamas y el gobierno Palestino de ahí emanado. El caso también de Hezbolá que accede al parlamento Libanés sin renunciar a las armas. La dicotomía agotante del brazo armado y el brazo civil, que saludan a distintas multitudes y en la distancia se ven francamente cómplices.

El Hezbolá, o Partido de Dios, nace en 1982 como respuesta a la invasión israelí al sur libanés para combatir a las fuerzas de la Organización para la Liberación Palestina ahí asentadas, y con el apoyo abierto de los regímenes teocráticos de Irán y Siria. Su permanencia se aseguró en la continuidad de la Guerra Civil libanesa que duró hasta 1990 y, por supuesto, bajo el dominio sirio del país hasta el año pasado. Se aseguró también vía la continuidad del conflicto Israelí-Palestino y la permanencia del ejército hebreo en el sur libanés hasta el 2000. Hoy, el Partido de Dios tiene por una parte 28 miembros en el parlamento y por otra parte entre 5 mil y 10 mil combatientes armados con capacidades balísticas. Se establece así una relación confusa entre actores, entre el gobierno de Líbano y los dos brazos del Hezbolá.

En el caso de Israel queda claro al menos que el actor es el Estado. Israel tiene un sistema de partidos fragmentado y polarizado, que obliga a la formación de coaliciones de gobierno dentro del Knesset (parlamento). La actual coalición se encuentra encabezada por el Kadima, partido fundado por Ariel Sharon a partir de una escisión del partido conservador Likud. Kadima es una expresión hebrea que se traduce como ‘hagámoslo’, ‘adelante’, invitación a la acción colectiva. Acción como respuesta a la percepción de inmovilidad de los gobierno ‘suaves’. No en vano varios partidos conservadores en el mundo lleven la palabra acción en sus siglas.

Del nombre no escapa nadie. Un gobierno conservador resuelto, que por un lado remueve los asentamientos judíos de los territorios palestinos y por el otro le niega al Estado palestino medios de consolidación. Una organización que no se decide a ser gobierno y renunciar a la violencia como herramienta de negociación y persuasión. Un Estado que reclama su existencia y un grupo que clama a Dios por todas sus acciones.

Lo sabemos, el conflicto entre Líbano e Israel es un conflicto regional que se agrega a temas complejos como la guerra en Irak o el programa nuclear iraní. Lo sabemos también, el medio oriente tiene nulas posibilidades de estabilizarse sin que se resuelva el conflicto entre Israel y Palestina. La tarea internacional es generar incentivos para el acuerdo entre las facciones ‘suaves’ de los grupos involucrados y aislar a sus facciones ‘duras’. Evidenciar las ganancias del camino electoral para organizaciones como Hamas y Hezbolá, un solo brazo que salude a una sola multitud.

La Felicidad Tiene 4 Patas

Es una cursilería, una falta total de pudor también, pero bueno la felicidad hay que compartirla, independientemente del número de patas que le den movimiento. Estas son tres de mis mayores causas de algarabía hogareña:

LUCAS (también conocido como Furby, nacido en barrio de dudosa reputación por los rumbos del aeropuerto):


LULA (también llamada Princess Poopsie o Esmeralda, nacida en la calle, criada en un hogar amoroso pero con tendencias intermitentes de 'Panchita'):


GOYO (también llamado Oatmeal Cookie, nacido en NJ, USA y adoptado el 2 de noviembre del 2005 como consuelo a la elección gringa):


Si estas no son tres buenas razones para el gozo, es que de plano, se tiene atole en las venas. Me cae.

14.7.06

Elba Esther

Elba es aquella que habita en las montañas, Esther es aquella que brilla como una estrella. Origen es destino y de los nombres no se escapa nadie. Elba Esther se oculta en lo alto, titiretera fabulosa que entretiene nuestras infantiles perversiones. Elba Esther regresa y brilla plena, dos líneas declaradas que ponen todo en orden. Entre odios y amores lo común es la admiración. Madre amorosa, madre despiadada. Mujer de soledades y compañías necesarias.
La política se hace de apapachos y jalones de oreja (maestra al fin). Elba Esther es implacable sin maldad, indispensable sin bondad. Las fichas en todos los tableros, bisagra de los enemistados. Elba Esther no necesita de las urnas para ser, le basta andar segura en los templetes necios del corporativismo y el te social.
El sexenio 2006-2012 tiene su nombre impreso. Elba Esther se sobrevive a si misma, a sus enemigos, a sus protegidos. Origen es destino.
Ya Chiapas y esa sociedad fosilisada de comitecos negados al tiempo. Ya Ciudad Neza terregal de oportunidades (la pobreza es fuente inagotable de fortunas). Ya Gustavo A. Madero inicio de favores eternamente agradecidos. Ya el SNTE monstruo de millón y medio de cabezas que se acurruca dócil en las faldas de su madre. Ya el Congreso espacio de hombres mentecatos de cortas ideas y largas ambiciones. Ya San Diego refugio seguro de mil hilos. Ya Polanco y sus vecindades tan cómplices.
Elba Esther aguarda sus horas y sonríe complacida. Caminar sobre cadáveres es prueba irrefutable de su profundo amor por México. Exorsizadora de demonios tropicales. Elba Esther seduce a todos, por nuestros miedos, por nuestras ambiciones, por nuestros recuerdos, por nuestras perversiones.
Elba Esther lo sabe, la política es femenina: reproduce y castra, alimenta y debilita, abraza y sofoca.

12.7.06

¿Felicitaciones Adelantadas? (Publicado en Excelsior, 12/07/06)

Los gobiernos mexicanos del siglo XIX, así como aquellos emanados de la Revolución previos a su ‘institucionalización’, tenían como objetivo central de su política exterior lograr el reconocimiento de su mandato por parte de gobiernos extranjeros, particularmente el de Estados Unidos. El reconocimiento estadounidense era perseguido y concertado con desesperación. Estados Unidos tenía en este acto una útil herramienta de negociación informal. Para los gobiernos mexicanos, el reconocimiento de los Estados Unidos les dotaba de un manto de legitimidad internacional del que carecían domésticamente. Asimismo, era una señal inequívoca de fortaleza frente a los adversarios políticos nacionales, se asumía que el vecino del norte apoyaría al gobierno reconocido en caso de un conflicto interno o que al menos no apoyaría a sus adversarios.

Por supuesto, México no era una democracia y el acceso al poder se definía las más de las veces por las armas. En contraste, bajo sistemas democráticos el reconocimiento internacional a los gobiernos entrantes es tácito, no se cuestiona su legitimidad política, ni su cualidad de actor internacional. El acto subjetivo de reconocimiento es suplantado por un acto meramente protocolario de felicitación del candidato ganador. Nada menos controversial.

El detalle está en definir cuándo es un candidato ganador. En este México postelectoral todo entra a debate. Las felicitaciones a Felipe Calderón por parte de algunos gobiernos extranjeros, especialmente en los casos de Estados Unidos y España, generaron reacciones encontradas. Por un lado, se puede concluir que el conteo distrital por parte del IFE y el mensaje oficial dado por su Consejero Presidente permitían ya felicitar al candidato con la mayor cantidad de votos. Por otro lado, se puede argumentar que mientras el TRIFE no califique la elección y entregue la constancia de mayoría al candidato ganador, cualquier felicitación internacional es prematura.

Detalles meramente coyunturales. En la elección del 2000, Bill Clinton felicitó vía telefónica a Vicente Fox el 4 de julio mientras que el TRIFE le entregó la constancia de mayoría hasta el 2 de agosto. Me puede fallar la memoria, pero no recuerdo que aquella ocasión alguien hubiera alzado la voz en protesta por la felicitación estadounidense previa a la calificación legal de la elección.

Las diferencias son obvias. En primer lugar, esta fue una elección mucho más cerrada en la que la ventaja de 0.64% podría potencialmente modificarse. En segundo lugar, existen consecuentemente mayores reticencias a aceptar una posible derrota y cualquier señal de ésta. Finalmente, el respaldo por parte del gobierno estadounidense es fácilmente acomodable en la división ideológica de los dos candidatos que se pelean todavía la Presidencia. Estamos pues excesivamente susceptibles.

Ahora bien, la sobrada sensibilidad aunque entendible, no es prudente. Por una parte, invita a los gobiernos de otros Estados a pronunciarse sobre debates enteramente domésticos. Por otra parte, les obliga a enviar señales involuntarias. Así, la declaración del vocero del gobierno de Estados Unidos con relación a que se reconocería al ganador en caso que se reviertan las tendencias actuales, aunque inevitable, se agrega a un momento incierto, y evidencia los huecos discursivos del Consejero Presidente del IFE.

El reclamo a otros gobiernos era innecesario, las felicitaciones internacionales no modifican la voluntad expresada en los votos. Esa sí sería una teoría insostenible de complot.

5.7.06

Asi Sea (Publicado en Excelsior, 05/07/06)


“La democracia es un sistema en el que los partidos pierden elecciones”

Adam Przeworski.

En la democracia no hay obviedades, hay probabilidades, pero la democracia no es el caos, un mundo en blanco en el que cualquier cosa puede pasar. No sabremos con certeza qué pasara, pero sabemos con certeza cómo pasará. Sabemos sobre todo cuáles son los rangos posibles de lo que pasará, los límites impuestos por los procedimientos democráticos de elección y los incentivos que obligan a los actores a reconocer su derrota. La definición de Przeworski sintetiza todo esto, en la democracia se ganan elecciones, pero más notoriamente, se pierden, pero más significativamente, se acepta esta derrota con la certeza que bajo este sistema de reglas se tendrá una nueva oportunidad para competir y, en su caso, ganar.

La democracia no es el paraíso de los consensos, es la tierra de los disensos dirimidos por la voluntad de una mayoría simple. La democracia no tiene escrita la historia de sus futuros, pero establece los límites en que ésta será escrita. Por supuesto, la democracia no está exenta de temblores y adrenalina, polarizaciones y muecas. ¿Cómo podría? Hay elecciones en que todo pareciera estar en juego, todo, menos la democracia. Elecciones cerradas, rudas, hormonales. Oportunidades coyunturales que ponen a prueba a las instituciones democráticas, no por las capacidades de quienes las ocupen, sino por las señales que envían a quienes compiten en las elecciones, por enviar simultáneamente dos mensajes: la incertidumbre sobre los resultados sigue, pero sea cual sea éste, será producto de un mecanismo consensuado y cierto. No queda sino el reconocimiento del procedimiento democrático; esto es, de la derrota.

Alemania, Italia, Costa Rica, Taiwán, Estados Unidos, son países que han tenido recientemente elecciones muy cerradas. Elecciones con inquietantes esperas del resultado final, en las que el reconocimiento de la derrota llegó hasta el final. Quizás ninguna tan paradigmática como la elección estadounidense del 2000, la más cerrada de su historia moderna. En esa ocasión Al Gore, el candidato demócrata ganó una pluralidad del voto popular, 48.38% contra 47.87% de George Bush, apenas un medio punto porcentual. No obstante, dado el sistema electoral de nuestro vecino, y la decisión de la Suprema Corte de Justicia respecto a la elección en Florida, Bush ganó la elección en los votos electorales, 271 contra 266 de Gore.

Al siguiente día de la decisión de la Suprema Corte de Justicia Gore declaró: “hace apenas unos momentos hablé con George Bush y lo felicité por ser el Presidente 43 de los Estados Unidos (…) Le ofrecí encontrarnos tan pronto como sea posible de modo que empecemos a curar las divisiones de la campaña y la competencia que recién terminamos (…) Ahora la Suprema Corte ha hablado. Que no haya dudas, aunque estoy fuertemente en desacuerdo con su decisión, la acepto (…) Y ahora, mis amigos, en una frase que alguna vez dirigí a otros, es tiempo que me vaya.”

Esa fue la estatura del candidato derrotado en una elección mucho más controversial que la nuestra. Otro capítulo en una democracia de más de 200 años, ¿Es la calidad de sus hombres? ¿De sus instituciones? O como nos recuerda siempre James Madison la calidad de sus hombres dada la calidad de sus instituciones. El resultado de esta elección en México será saber que no hay otro juego posible, que como nos dice Pzeworski, quien pierda querrá volver a competir bajo las mismas reglas bajo las que perdió. El resultado será la consolidación de la democracia mexicana. Así sea.