12.12.07

El Síndrome de Masiosare (121207)


Todos hemos oído anécdotas sobre nombres insólitos en México, un niño llamado Anivdelarev porque nació el 20 de noviembre, otro Usarmy en honor a un buque estadounidense en las costas de Veracruz; pero ninguno tan repetido como Masiosare, tomado de aquella estrofa del himno nacional que dice “Mas si osare un extraño enemigo profanar con su planta tu suelo”. Así, además de varios niños a los que seguramente en la escuela les harán la vida de cuadritos, Masiosare es, sobre todo, un extraño enemigo.

Una perla del imaginario nacional. Un personaje ficticio que amenaza con profanar nuestro suelo con su enemiga planta. Miedo simultáneo a lo desconocido y lo diferente. Si ese miedo fuese un síndrome expandido en un país, ese país sería sin duda Estados Unidos. La serie de debates entre los precandidatos demócratas y republicanos son reflejo de un síndrome de Masiosare extendido e inagotable.

Los precandidatos responden a una audiencia que ha visto en el exterior una fuente de amenazas, casi nunca una fuente de oportunidades. El caso de México es peculiar, los precandidatos de ambos partidos pueden debatir por largos periodos sobre migración y el TLCAN sin mencionar siquiera a nuestro país. Si revisamos los 4 debates demócratas y los 3 republicanos, ocurridos desde septiembre -sin considerar los debates organizados por la cadena Univisión dedicados en exclusivo a temas relevantes para la población hispana-, vemos que México ha sido mencionado un total de 14 veces, 10 por demócratas, 4 por republicanos.

De las 10 menciones demócratas, 5 pertenecen al candidato de origen mexicano Bill Richardson, su referencia a México se sintetiza en lo siguiente: “Debemos tener una relación, se llama política exterior, con México. Son nuestros amigos. Pero uno debe hablar francamente con los amigos, y debe ser algo como esto: México, dale trabajo a tu gente”. En otros 3 episodios las menciones demócratas corrieron a cargo del candidato más a la izquierda, Dennis Kucinich, todas ellas con relación a la necesidad de cancelar el TLCAN. Por parte de los republicanos, 3 de las 4 menciones las hizo el candidato libertario Ron Paul para referirse al maléfico plan para construir una autopista tri-nacional que “partiría a Estados Unidos en dos” (NAFTA highway). México es una Masiosare madre que envía millones de sus crías ilegalmente a Estados Unidos. Nada más. Ni socio, ni amigo, ni aliado.

En comparación a las 14 menciones a México; la palabra NAFTA ha sido mencionada 22 veces por demócratas, y 2 por republicanos; casi todas para hablar de los efectos dañinos del tratado y la necesidad de revisarlo (o cancelarlo). Las palabras inmigración, inmigrantes o ilegales han sido dichas 197 veces (108 demócratas, 89 republicanos), 70% de ellas en los debates más recientes. El tema migratorio se incrustó en la agenda electoral, a pesar de la renuencia de todos los candidatos. Finalmente, la palabra ‘frontera’ ha sido mencionada 28 veces (el doble que México), 18 por demócratas, 10 por republicanos; en todas ellas para acentuar la necesidad de fortalecer la seguridad en la frontera con México y el apoyo a la construcción de un muro fronterizo. Si sirve de consuelo, la palabra narcotráfico no ha sido menciona una sola vez.

México no se nombra y existe en los debates sólo detrás de los problemas, por los millones de mexicanos indocumentados trabajando en Estados Unidos, por los millones de empleos no-capacitados que afirman han migrado hacia México a raíz del TLCAN, por los 3,326 kilómetros de una frontera porosa que deja pasar ilegales y quizás, miedo de miedos, terroristas. 250 menciones a asuntos bilaterales y sólo 14 menciones a México. Se nombra lo odiado, se nombra lo querido. Ni lo uno, ni lo otro, México es un fantasma, y a los fantasmas no se les nombra, se les teme.

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