28.3.07

La Expansión de la Guerra (Excelsior, 280307)


Tomó exactamente tres semanas al ejército más poderoso del mundo para derrotar al ejército iraquí. La imágenes eran contundentes, Bagdad ocupada, Saddam Hussein escondido y su estatua derribada ante el vitoreo de cientos de ciudadanos iraquíes. La guerra se había ganado, y así lo asumía George Bush en el hoy infame discurso que dio a bordo de un barco de la marina en el puerto de San Diego. Hoy sabemos que en todo caso, la guerra empezó ahí mismo, en el momento en que la estatua de Hussein cayó al piso se alzó el polvo de las divisiones étnicas, de los grupos extremistas, tanto sunnitas como shias.

La historia se repite y nos saca la lengua. Estados Unidos sabe como ganar conflictos militares contra Estados, pero parece no poder aprender a ganar guerras, reconstruir naciones y planear transiciones políticas. Es un poco de soberbia, un poco de ingenuidad. Pensar que la estatua de un dictador que cae esparcirá automáticamente las semillas de la democracia y la concordia. En Irak, Estados Unidos ganó la guerra y ha perdido casi todas las batallas.

Hoy, publicaciones que en su momento apoyaron abiertamente la invasión a Irak se muestran críticas, pesimistas, implacables. Es el caso de The Economist que en su número de la semana anterior publicó un largo artículo dedicado al cuarto aniversario de la invasión en el que comenta: “Es difícil imaginarse alguna situación de post-guerra que podría dejar a los iraquíes menos libres o más miserables de lo que eran bajo Hussein, eso dijimos hace cuatro años. Nuestra imaginación falló”

Irak hoy se convulsiona, se divide, se busca un rostro y encuentra un rompecabezas, una cara esparcida en pedazos por cientos de bombas. Es al menos el caso de la parte central iraquí, Bagdad y las regiones vecinas. El norte iraquí mayoritariamente kurdo está en aparente paz, el sur iraquí mayoritariamente shia está en tensa calma.

La ironía está en que mientras las regiones iraquíes colindantes con Turquía e Irán permanecen quietas, los vecinos parecen inquietarse. Irán ha encontrado en la invasión a Irak y su consecuente debilitamiento, una oportunidad para posicionarse como el nuevo niño bravucón del vecindario. El nuevo enemigo simultáneo de Israel, Estados Unidos y los países musulmanes de mayoría sunnita. Rebelde a las peticiones de la ONU para transparentar y en su caso detener sus actividades de enriquecimiento de uranio. Irán ha perdido la protección tácita de Rusia y China, y se encuentra solo ante un gobierno estadounidense que coquetea (adolescente) con la idea de un conflicto bélico.

Por su parte Turquía ha manifestado su preocupación por los vínculos entre la población kurda dentro de su territorio sureste y el movimiento guerrillero del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que ha encontrado en las montañas del norte iraquí un refugio seguro. De acuerdo con el gobierno turco, al menos 3,800 guerrilleros del PKK se entrenan en la región kurda iraquí y se preparan para lanzar ataques terroristas contra la población turca. En respuesta, Turquía ha manifestado su intención de evitar dichos ataques por todos los medios posibles, que incluyen una eventual invasión al norte iraquí. Innecesario señalar que un tercer frente en el conflicto iraquí, así como la participación de un tercer país en el conflicto, eliminarían de facto cualquier posibilidad de pacificación en el corto y mediano plazos. Estamos pues frente una coyuntura, por un lado está la generación de mecanismos efectivos de pacificación en Irak, por el otro, su expansión regional, el riesgo de generar un conflicto que vaya desde la franja de Gaza hasta la frontera afgano-paquistaní, desde el Golfo Pérsico hasta el Mar Negro.

23.3.07

4 años en Irak (Excelsior, 210307)


Paciencia, esa fue la petición del Presidente Bush en su discurso del pasado lunes 19, ninguna mención a una estrategia clara para pacificar Irak. Han pasado 4 años desde que Estados Unidos inició la ofensiva militar en contra del gobierno de Saddam Hussein. Ni armas de destrucción masiva, ni vínculos entre Hussein y Al-Qaeda, ni una razón contundente para el inicio de un conflicto armado. Cuatro años después Hussein está muerto, Al-Qaeda sobrevive, y Estados Unidos no encuentra una salida viable al conflicto.

La guerra en Irak fue una guerra innecesaria y costosa, eso lo sabemos, lo que aún no sabemos es si será una guerra útil. No hay mucho espacio para el optimismo. Irak es un país dividido, endeble y convulsionado. Medio Oriente sigue siendo una región inestable, el conflicto entre Israel y Palestina permanece y se muta, e Irán se ha posicionado como el nuevo factor de inestabilidad regional. En suma, ni Irak se ha vuelto un Estado democrático y armónico, ni la región se ha encaminado hacia su pacificación, ni Al-Qaeda ha dejado de ser una amenaza creíble para Estados Unidos y sus aliados.

Paciencia pide y no hay de dónde sacarla, los números de la guerra son contundentes. Los datos muestran que las democracias son mucho más selectivas y eficaces en cuanto a los conflictos en los que participan, el promedio de duración de las guerras iniciadas por países democráticos entre 1816 y 1998 fue de sólo dos meses (ver: www.correlatesofwar.org), el conflicto en Irak lleva ya 48 meses. El gasto al día de hoy derivado de los conflictos en Afganistán e Irak asciende a 505 mil millones de dólares, 346 millones de dólares por día, 14 millones por hora, 240 mil dólares por minuto. Eso equivale al 66% del PIB nominal de México en el 2006, y de ser un país sería la 16ª economía mundial.

Al día de hoy hay 141 mil soldados estadounidenses en Irak y sólo 14 mil de otras naciones. Han muerto en Irak un total de 3,205 soldados estadounidenses, 2 por día, 11% de ellos latinos, y 54% de ellos menores de 25 años. Ha habido 24,042 heridos, 20% de ellos con lesiones graves y permanentes. Han muerto también 95 periodistas, 59 asesinados y 36 en actos de guerra, 14 de ellos por acciones estadounidenses. Las muertes de civiles iraquíes se calculan oficialmente en 57 mil, aunque hay estudios que las ubican en más de medio millón. Los ataques insurgentes diarios promedio se han movido de 14 en febrero de 2005 a 185 en diciembre del 2006.

Lo que parece no haberse modificado demasiado es la producción petrolera que se redujo de 2.58 millones de barriles diarios antes de la invasión a 2.05 millones barriles actualmente. En cambio, la calidad de vida de la población se ha deteriorado. Hoy la tasa de desempleo se encuentra entre el 27% y el 60%, la tasa de inflación es del 50%, la tasa de desnutrición infantil es del 25%, hay 1.75 millones de refugiados iraquíes en Siria y Jordania, el 40% de los profesionistas iraquíes han emigrado al exterior, entre ellos uno de cada tres médicos.

No obstante, de acuerdo con una encuesta publicada por la cadena BBC, 46% de los iraquíes tienen una evaluación positiva de su gobierno, 45% cree que la democracia es la mejor opción de gobierno para Irak y 47% piensa que la invasión estadounidense fue correcta. La pregunta temblorosa es si Estados Unidos estará a la altura de ese optimismo de los iraquíes, imposible saberlo, imposible no preguntarlo.

1 año: Este periódico ha cumplido 90 años de contar y hacer historia en México, cumple asimismo un año de presencia renovada en un México también renovado, democrático y abierto. Una felicitación a todos los que laboran y colaboran en este proyecto, quienes han abierto espacios editoriales y periodísticos libres e incondicionados.

14.3.07

Ulises y sus dilemas III

¿Has visto el mar? ¿Cómo se ensancha y se adelgaza a voluntad, como te hace presa de sus humores y te reduce a una barquita de madera? Una muy mala analogía con la vida supongo, pero asi son los textos, agregan y restan significados. Sí, es una carta, tardía. Había decidido no hacer de mi una derivación de las palabras, un gigante de papel y letras que se razga con dos manos niñas. Uno no cambia, tampoco sus hábitos, menos sus demonios. Por eso el texto ("como el pretexto para el contexto que tanto detexto") Ya lo ves, uno se vulnerabiliza y se pone, curiosamente, durito como piedra, como piedra, como piedra...

No tengo razones de mi lado, ¿Cómo si estoy jugándole a ser Neptuno y Calipso, sirena y Polifemo? El predestino de la furia, de los deseos, de las condenas y de la ceguera...

Quiero -a ratos- ponerte Ulises en una isla (¿notas la ironía?), quiero a ratos ser yo esa isla y sentirme mil veces andado, espacio visiblemente finito para los pasos y los ojos, con mis márgenes arenosos, como el antecedente de lo durito como piedra, como piedra, como piedra...

Y entonces, me muerdo las soberbias y me vuelvo nube, agüita que parece posibilidad y flota temerosa sobre tu cabeza, lee tus textos, adivina sus significados y se dispone a deshacerse en gotas mustias, como lluvia, como lluvia, como lluvia...

Me quedo silencio. Sudo absurdo y me imposto una sonrisa que a veces despiertas y a veces, cada 5 pesos, pretendo. Neptuno aterrado, Calipso seca, sirena callada, Polifemo que en el ojo solitario y estúpido entrega una invitación a su fin.

Hugo & George (Excelsior, 140307)

Los animales de la misma especie se olfatean, se reconocen y no pocas veces, se lanzan zarpazos, mitad al aire mitad al cuerpo. Es un juego de espejos, y ya se sabe que los espejos no tienen piedad y cuando uno les pide la afirmación del bien propio, nos reflejan el mal que pensábamos era ajeno y resulta ser, irónicamente, el nuestro. Uno no puede ver a Hugo Chávez y a George Bush sin percibir rastros comunes de personalidad, excesos y carencias. Ambos se olfatean y se encuentran a ellos mismos, en la arrogancia, en la ceguera, en el oportunismo.

Chávez ha encontrado en el gobierno de Bush al demonio que justifica todos los excesos, Bush ha encontrado en Chávez al negativo de su nueva y ficticia bondad en la región. Ambos ven en el ejercicio de gobierno un ejercicio personal y ególatra. Ambos entienden la política, incluida la exterior, como un mundo en los extremos, entre el blanco y el negro no hay grises posibles. Ambos se hurgan en los bolsillos para seducir gobiernos y pueblos. Ambos buscan a América Latina no en América Latina, sino en sus propios delirios y obstinaciones.

Sí, son seres de la misma especie y los latinoamericanos así lo entendemos. De acuerdo con un estudio publicado por Latinobarómetro a finales del 2006, Bush y Chávez son, junto con Fidel Castro, los gobernantes más conocidos y menos estimados en América Latina. Por ejemplo, mientras el Presidente brasileño Lula da Silva obtiene una calificación promedio de 5.8 puntos y la Presidenta chilena Michelle Bachelet llega al 5.5, Bush y Chávez arañan apenas los 4.6 puntos.

América Latina no es una región pasiva en espera de fijar sus prioridades bajo los dictados del mejor postor. Bush y Chávez recorren el continente, hacen sus ofertas, y la región permanece casi indiferente. Los latinoamericanos entendemos que los retos latinoamericanos no pasan por los caprichos de dos líderes envanecidos. En este espacio mencionábamos el lunes pasado que las ego-giras de Bush y Chávez abren preguntas y exigen respuestas. Nos enfrentamos a temas que exigen acciones colectivas: energía, migración, comercio y narcotráfico.

Las ego-giras dejan, involuntariamente, saldos positivos. Los reflectores de la izquierda se movieron hacia el Presidente Lula da Silva, mostraron a un líder al mismo tiempo firme y flexible, y dejaron a Chávez en una tiniebla de palabras necias y pancartas caducas. Los reflectores de la derecha se movieron hacia el Presidente Felipe Calderón, mostraron a un líder al mismo tiempo naciente y experimentado, y dejaron a oscuras el vacío de la derecha regional. Tanto Felipe Calderón como Lula da Silva parecen llegar a la misma conclusión, América Latina enfrenta retos comunes, requiere incrementar los esquemas de cooperación formal para darles respuesta, y ello deberá hacerse no a partir de Bush o Chávez, sino a pesar de ellos.

México y Brasil están llamados a estrechar sus vínculos, establecer la agenda regional y generar los mecanismos para darle posibilidades. La alternativa a la política regional de Chávez no vendrá de la Casa Blanca, sino del encuentro entre Los Pinos y el Palácio da Alvorada. El aparente alineamiento entre Venezuela, Argentina, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, carece de una propuesta viable de políticas de desarrollo e integración, es un alineamiento entre nombres propios. La alternativa tendrá que ser multilateral y temática. El deseado encuentro entre Brasil y México tendrá factiblemente el respaldo de gobiernos tanto a la izquierda como a la derecha, Chile, Perú, Colombia, Panamá y Costa Rica. Bush y Chávez son los extremos que se tocan, la serpiente que se muerde inevitablemente la cola, el reflejo de lo que no queremos ser, un artificio ideológico y estéril.

13.3.07

Es que la mayoría dice...

Respuesta de ostracista experimentado:


'La mayoría' ha probado repetidamente que vive en el error, de hecho, son mayoría por hacer de 'vivir en el error' una forma aceptable de vida...


¿Dónde era que se tomaba el agua para la locura y la pertenencia?

12.3.07

Un Fantasma Recorre América Latina (Excelsior, 120307)


No, no es el de George Bush. Aunque parezca un Presidente muerto en vida, Bush sigue moviéndose frenético, ondeando banderas recién hechas, pisando suelos recién redescubiertos, gritando palabras recién aprendidas.

La visita de Bush confronta y exige respuestas. La izquierda latinoamericana ha encontrado –tristemente- en Hugo Chávez un rostro, ¿Y el centro, y la derecha? ¿Quién dará rostro a quienes en la región apoyan la libertad de los mercados y el comercio? ¿Felipe Calderón, quizás? ¿Qué tipo de libre comercio queremos en América? ¿Entre quiénes, bajo qué reglas? ¿Podemos cabildear regionalmente un acuerdo migratorio? ¿Podemos aspirar a un esquema regional de seguridad y combate al narcotráfico? ¿Y el tema energético? ¿Tienen futuro los esquemas regionales de inversión y exploración petrolera? ¿Está nuestro futuro en la producción de Etanol?

El fantasma que nos recorre es una doble aparición, el siglo XX que no termina de morir y el siglo XXI que no termina de nacer. Bush nos enfrenta a nuestros fantasmas, un hombre de espejos que presenta lo que somos y lo que aspiramos ser.

7.3.07

¡Gracias Señor Presidente! (Excelsior 070307)

No deja de extrañarme, lo admito, con seis años de tardanza finalmente usted se decidió a visitar la región, y lo hace con una anunciación festiva y confitera pocas veces vista. Ya hace un par de días comparó usted a George Washington con Simón Bolivar, encuentra usted de repente paralelos históricos entre los dos trozos de un continente que han crecido, y siguen creciendo, no como dos ramas de un mismo árbol, sino como dos árboles vecinos.

Lo siento, sus palabras me suenan a un discurso escrito por sabrá Dios que burócrata de Washington en sabrá Dios que oscura oficina. No le creo, me atrevo casi a decir, no le creemos. Decía Octavio Paz que la diferencia entre los estadounidenses y los mexicanos que ustedes son crédulos y nosotros creyentes, en el acto de creer hay algo de renunciación voluntaria, y en cuanto a usted ya es un poco tarde para ese algo.

Se pone de último minuto los ropajes de los grandes presidentes demócratas, Franklin D. Roosevelt y John F. Kennedy, y se nos presenta como el “Buen Vecino” que nos visita con un gran plan para el desarrollo, una “Alianza para el Progreso”. Fuera temas de seguridad y “Real Politik”, fuera intereses energéticos, fuera concepciones que ven en América Latina las sobras de la Guerra Fría. Pobreza y etanol son las banderas (blancas y recién hechas) que agitará infantil en su visita.

No le creemos porque en realidad no puede usted hacer mucho en los dos años que le quedan, con un nivel de popularidad tan bajo y con un Congreso adverso. Tampoco le creemos porque no viene a proponer nada sustancial ni novedoso, viene usted a darnos atole con el dedo. Me explico, nos ofrece enviar un buque de la marina medicalizado con capacidad para atender a 85 mil pacientes. Respuesta directa y burda a la ‘Operación Milagro’ iniciada por Cuba y Venezuela en la región.

Nos regala también un paquete de ayuda para el desarrollo con un valor de poco más de 1,500 millones de dólares. Para que nos quede claro, eso representa aproximadamente la mitad del valor de las remesas que recibe El Salvador. Para que nos quede aún más claro, equivale al valor de la ayuda estadounidense a Egipto y a poco más del 50% de la ayuda militar estadounidense a Israel, ambos en 2005.

Ya sabemos que Estados Unidos nunca ha sido un país con vocación de donador. De hecho, de entre los países desarrollados sólo Portugal dedica menos dinero en ayuda internacional como porcentaje del PIB (.22%). También sabemos que los criterios para definir los montos de ayuda pocas veces son estrictamente económicos. De otra forma no podríamos entender porque Israel es el principal receptor de ayuda estadounidense capturando el 30% del total.

Usted lo sabe, la ayuda internacional es una herramienta de contención o persuasión política. Por ejemplo, entre 2000 y 2004 los 5 principales receptores de ayuda económica de su gobierno fueron en orden descendente: Israel, Irak, Egipto, Pakistán y Rusia. ¡Una sola democracia entre los primeros cinco! Curiosamente, ¡una democracia desarrollada!, cómo explicar que el promedio de ayuda anual a Israel en esos 4 años, equivalió al promedio de ayuda de su gobierno al África subsahariana.

¿A qué viene entonces? Su visita tiene el sabor simultáneo de lo inevitable y lo inútil. Por su parte, ha quedado claro en 6 años de gobierno que América Latina no es una región que le represente un interés económico o geoestratégico. Por nuestra parte, lo recibiremos con fanfarrias y operativos de seguridad insólitos, sabremos que nada concreto nacerá de su visita, lo veremos partir en alegre cuenta regresiva hacia la elección del 2008, y creeremos (creyentes que somos) que quizás un (o una) presidente demócrata mirará más seguido al sur.