¿Se imagina usted al Presidente Fox de gira por los distritos electorales en campaña a favor de los candidatos del PAN al Congreso? Difícilmente. Ahora imagine a Vicente Fox declarando que si gana la oposición el país entero pierde, ¿Podríamos pensar en un síntoma más claro de un país dividido y polarizado? ¿De un Presidente desesperado e imprudente? Pues bien, eso es justamente lo que ocurre en estos días en Estados Unidos. El Presidente Bush se encuentra de gira por distritos electorales en los que la competencia entre los candidatos demócratas y republicanos se encuentra más cerrada. Distritos que solían ser además fortalezas conservadoras.
La desesperación es madre de torpezas e imprudencias. El discurso de George Bush se ha vuelto extremo y burdo, “como quiera que lo pongan, la política demócrata en Irak se reduce a esto: los terroristas ganan y América pierde”. La estrategia ya es conocida por el votante estadounidense, el mundo se divide en dos categorías, buenos y malos, el mundo es también una fuente infinita de amenazas y sólo Bush puede proveer protección contra ellas. Discurso básico, tedioso y agotado.
La elección intermedia del próximo martes es crucial. Los republicanos han tenido una mayoría en la Cámara de Representantes desde 1994, lo mismo que en el Senado (con excepción del periodo 2000-2002). Para revertir la mayoría en la Cámara de Representantes –compuesta de 435 legisladores- los demócratas tienen que hacerse de 218 escaños, 17 más de los que tienen actualmente. De acuerdo a las encuestas más recientes, los demócratas aventajan en 215 distritos. Así, con ganar en 3 de los 15 distritos que se encuentran ‘empatados’ los demócratas se harían del control de la cámara baja.
En el Senado la situación es más compleja. Se encuentran en disputa un tercio de los 100 asientos que lo componen. Para tener una mayoría los demócratas necesitan 8 nuevos asientos controlados actualmente por los republicanos. Las encuestas indican que los demócratas podrán arrebatar una senaduría a los republicanos en Maryland, Pennsylvania, Rhode Island, Ohio, Minnesota y Montana, 6 en total, lo que los obliga a ganar en al menos 2 de las 4 elecciones para el Senado más cerradas: Missouri, Tennessee, Virginia y New Jersey; teniendo mayores oportunidades en estos dos últimos estados.
Un dominio demócrata en ambas cámaras se ve cercano. La fórmula electoral del Presidente Bush parece haberse agotado. El discurso del miedo, el ‘ahí viene el coco’, perdió efectividad frente al evidente fracaso de la política en Irak. La movilización electoral de las bases conservadoras mediante el posicionamiento de temas controversiales ya no es automática, ni en el asunto migratorio, ni en las iniciativas para prohibir el matrimonio gay.
Así, los últimos dos años de gobierno del Presidente Bush pueden ser complicados por tres razones. En primer lugar, de acuerdo a la más reciente encuesta del pasado 29 de octubre de la cadena CNN sólo 37% de los estadounidenses aprueban el desempeño de Bush, mientras que 58% lo desaprueban. En segundo lugar, esta baja aprobación se debe en mucho a una percepción de incompetencia respecto a las acciones en Irak y la guerra contra el terrorismo, temas en los que el gobierno de Bush carece de salidas alternativas. Finalmente, a lo anterior se agregaría una situación de gobierno dividido en la que el Congreso se encuentre ahora en manos de los demócratas. Bajo este escenario, el de Bush será por dos larguísimos años un gobierno impopular, aislado y paralizado. El 2008 empieza este martes.
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