Conmovedor también descubrir que ésta sigue siendo una de las regiones más empobrecidas de Estados Unidos, en la que niños y niñas procrean niños y niñas, trabajan en las minas, consumen masivamente metanfetaminas, viven en trailers, y encuentran en el ejército la única oportunidad para acceder a la universidad. Justamente de la zona entre el este de Kentucky y West Virgina son las tres figuras más icónicas de la guerra en Irak: Jessica Lynch, Lynndie England y James Blake Miller. Nacidos entre 1982 y
El rostro de Jessica Lynch dio la vuelta al mundo en abril de 2003 bajo el rótulo de ‘
En 2001 Lynndie England terminó la preparatoria, renunció a su trabajo en una procesadora de pollos, salió del trailer en donde vivía con su familia y se alistó en el ejército. Poco más de 2 años después, en abril de 2004 England se convirtió en “el pequeño monstruo americano”, el rostro de los abusos en la prisión de Abu Ghraib. Con 21 años de edad, England era la joven sosteniendo una correa atada al cuello de un prisionero iraquí, la joven sonriendo y sosteniendo la mano con el pulgar arriba frente a un bulto de prisioneros desnudos, la joven fumando y señalando risueña los genitales de iraquíes con bolsas sobre la cabeza. England “quería pagarse la universidad” y terminó cumpliendo una condena de 3 años en una cárcel militar, para ser dada de baja sin honores (es decir, sin la posibilidad de ir a la universidad).
En noviembre del 2004 los periódicos de todo el mundo reprodujeron la misma imagen, un soldado estadounidense en Fallujah, Irak; con el rostro salpicado de lodo y sangre, un cigarro encendido colgando dócil al lado derecho de la boca y los ojos entre cerrados. Por fin una imagen sintética, emotiva y de fácil digestión desde la guerra, un rostro vivo y agradable, el New York Post lo presentó en su portada con el sobrenombre de Marlboro Man. La foto fue captada por el fotógrafo del
No, no hay una moraleja. Hay tres niños de los Apalaches, tres series de imágenes que al querer condensar una guerra en rambos, vaqueros y monstruos se expandieron en tres historias de vida. Jessica, Lynndie y James, tres relatos; no sobre Irak, sobre Estados Unidos.
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