3.5.06

Entre broma y broma… (Publicado en Excelsior, 03/05/06)


El Presidente Bush desenfadado, dispuesto a la chacota, subió al estrado junto con su imitador Steve Bridges. El humor pastelero de los gestos, las muecas, las palabras pronunciadas i-dén-ti-cas. La carcajada sobre la forma, nunca el fondo. Así intentó el Presidente Bush curarse en salud en la cena de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca. Todo bajo control, un par de bromas inocuas, evidencia de que aquí no hay censura y sí sobra el buen humor. Ni una referencia a temas de política pública, todo reducido al chiste suave y terapéutico. Esta es poco más o menos la versión que los principales medios del evento.

No obstante, en ese mismo evento habló Stephen Colbert, anfitrión del programa de televisión The Colbert Report que se transmite por cable en la cadena Comedy Central. Un hombre blanco, sureño, delgado, de lentes, en suma, un tipo visualmente manso. Percepción que se evapora en cuanto abre la boca: tenaz, agudo, hilarante, implacable. Colbert forma parte de una nueva ola de comunicadores que usan (no abusan) el humor para hacer las críticas más profundas al gobierno estadounidense, Colbert junto con John Stewart del programa The Daily Show transmitido en la misma cadena y con quien colaboró han cambiado el rostro de la noticia y el análisis políticos en el vecino del norte.

Colbert subió al estrado y en 15 minutos nos despertó del idilio Bush-imitador. Comenzó por ironizar: “La prensa liberal está destruyendo América…los americanos no queríamos saber muchas de las cosas que reportan y ustedes deberían haber tenido la cortesía de no investigar…las reglas son claras, el Presidente decide, el vocero anuncia y ustedes toman nota, checan los errores de ortografía y se van a su casa”. La crítica de Colbert está dirigida a ambos, el gobierno estadounidense y los medios más importantes, fórmula eterna de codependencia y negociación. No se trata de teorizar complots, sino de hacer evidente que los medios eligen políticamente lo que se transmite o no, estructuran la agenda y en ello inevitablemente se autocensuran y restringen el espacio de reflexión y crítica.

Colbert cerró su participación con un video que ilustra lo que sería su actividad como vocero de la Casa Blanca, puesto al que fue promovido Tony Snow de (usted adivinó) la cadena Fox. La pregunta que el video deja en el aire es “¿Por qué fuimos a la guerra en Iraq?” hecha por Helen Thomas reportera de la Casa Blanca por más de 30 años. Colbert se despidió del podium con un aplauso tibio de sus colegas y la cara descompuesta del Presidente Bush. La broma fácil se diluyó.

Por supuesto, no se trata de despedazar a los principales medios, sino de entender sus debilidades. Lo mismo allá que acá donde el análisis más alternativo es el Privilegio de Mandar. Riamos facilotes, confirmemos todos nuestras creencias y a dormir. Lo cierto es que en Estados Unidos los medios centrales –CBS, ABC, FOX, CNN- se están viendo obligados a modificar sus criterios de filtración y transmisión frente a un par de comediantes que informan y ríen en los mismos montos, ya el programa 60 Minutes transmitió un reportaje sobre el fenómeno Colbert. También frente a los sitios independientes de análisis y comentario políticos (Blogs) que no responden a incentivos financieros o políticos, se permiten casi todo y son consultados por millones: el sitio www.dailykos.com recibe alrededor de 500,000 visitas diarias. La lección (de haberla) es simple: informar sin renunciar a la crítica, criticar sin renunciar a la risa, y reí sin renunciar a la lucidez.

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