20.9.08

Somos las dolorosas


Hemos leído muchos libros y frentes, somos seis. Despertamos en combinaciones distintas cada día, a veces dos, a veces más, a veces incluso sumamos seis. Tenemos diálogos clasificados, también tenemos frío y reiteradamente, hambre. En las bolsas cargamos aguijones, son los instrumentos de nuestras faenas, los portamos en la espalda como trofeos: somos las dolorosas. Hacemos mucho ruido al caminar, y nos reimos escandalosamente. Las banquetas son nuestras, junto con los sillones y tres baños. Nos sabemos canciones en común, a veces las cantamos ebrias. Eso nos separa de los indolentes. Si los significados son pocos, nos encargamos de estirarlos hasta que una grita por piedad. La dejamos quieta unos días, hasta que recupere sus capacidades de martirio. Sí, es un poco aburrido, pero nos basta, en la simulación caben exactos nuestros deseos de entrega y su falsedad. No estamos y sobre todo, nunca lloramos. Las dolorosas son calladas e incompletas, los desgarres, el asunto que nos mantiene unidas, se ven a solas y a obscuras. Por eso a veces nos tomamos las manos, nos damos besos en la cara, y sonreimos cómplices. En el silencio somos las más espléndidas, generosas criaturas de uñas largas y voces voraces. Agotadas rezamos:
"En cuatro, dolorosísima existencia, nos ponemos,
haznos tu cara y deja espacio para la insolencia de quien hace del placer incompleto un universo,

sean nuestros vientres cacharros del vacio,
y nuestros sexos desprecien y admitan a todos, coagulen los líquidos de quienes nunca tienen nombre.
Déjanos, dolorosísima totalidad, morir un poco cada día y guardar tu inclemente memoria para aquel que sea verdaderamente
el último segundo."

No hay comentarios.: