12.9.07

Los números de la gira (Excelsior 120907)

No cabe duda, en México las voces del ostracismo sobreviven necias. La gira del presidente Felipe Calderón a Nueva Zelanda, Australia e India fue criticada por algunos editorialistas como un descuido a la política interior y como un viaje innecesario dado el poco comercio exterior que mantenemos con algunas naciones asiáticas. Hay dos supuestos erróneos aquí. En primer lugar, creer que la política interior, y los procesos legislativos en particular, se resuelven más efectivamente si el presidente se encuentra inamovible en su escritorio. En segundo lugar, creer que la política exterior se reduce al cuidado de las relaciones con nuestros principales socios comerciales.

Si hiciéramos caso a estos supuestos, el presidente mexicano debería mudarse a San Lázaro y limitar sus visitas exteriores a Estados Unidos. Síntomas de dos vicios mexicanos: pensar que el poder político existe sólo como manifestación física y que nuestra presencia internacional sólo tiene signos de dólares. Se olvidan –o ignoran- la complejidad de los vínculos entre poderes en los regímenes presidenciales democráticos, del valor de la diplomacia como recurso de poder en la arena internacional, y sobre todo, del vínculo entre ambos.

La APEC (Cooperación Económica del Asia-Pacífico) es un foro multilateral compuesto por 21 países de la cuenca del océano pacífico en Asia y América. En términos económicos la APEC equivale a más del 50% de la economía mundial y el comercio global. Asimismo, la APEC incluye a 3 de los 5 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU: Rusia, Estados Unidos y China. La presencia mexicana en la APEC tiene una evidente relevancia económica y política.

Por su parte, India se ha convertido en 15 años en un gigante económico, una de los países con crecimiento más elevado, y un actor clave en los encuentros multilaterales de la Organización Mundial de Comercio y el Grupo de los 8. India, junto con China y México, forma parte de reducido grupo de 5 países en desarrollo con un peso global, que incluye también a Brasil y Sudáfrica. Es verdaderamente innecesario argumentar a favor de la importancia estratégica de la gira presidencial: “lo que se ve no se juzga”.

Ahora bien, en términos económicos nuestro comercio con los países de la APEC (excluyendo a Canadá y Estados Unidos) ha crecido en un 441% entre 1998 y 2006, y con India en un 703%. Como muestra la gráfica, el crecimiento en la relación comercial de México con China (1517%), Corea del Sur (586%), Japón (314%), Malasia (523%), Taiwán (343%) e India (703%) no ha sido menor.

Es cierto, en todos los casos mantenemos un balance comercial negativo, dado que el 94% del de nuestras exportaciones a estos países se dirigen a Estados Unidos. Pero también es cierto que en 2006 el monto de nuestras exportaciones al resto de países de la APEC e India sumó casi 13 mil millones de dólares, una cifra muy superior a los 755 millones de dólares que exportamos a la Unión Europea en el mismo año.

En suma, el valor estratégico y comercial de la APEC e India para México es incuestionable. Negarlo es ser ciego, y ya se sabe, no hay peor ciego que el que no quiere ver. Como quien no ve en la política exterior y la política interior dos caminos concurrentes.

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