Alzó la voz (la situación lo ameritaba, pensó): los puntos focales son preciosos, finales de cuevas, anuncian la salvación.
Odiaba el despilfarro creativo, las promesas cumplidas, sobre todo, la palabra de quien puede estirarla hasta cubrirse. Había uno.
- A resguardo (murmuró apenas para que lo escucharan los dos eunucos que se posaban a su lado)... la palabra y sus (silencio angustiante)... la palabra y sus cruces.
(La palabra y su cruces, repitieron angustiados los dos eunucos, que ahora podemos llamar Nni y Estro)
¡Ah! el maestro, sonrió plácido y palpó (palabra y cruce exacto, curiosamente), palpó sus testículos inflamados. La dulce calma de las reglas.
Había uno, dije antes. Era una carcajada, también una cicatriz... en realidad una infección. Lo llamaremos Ci'ano (que así y no de otro modo, lo llamaría el maestro, a quien por cierto, no hemos nombrado (como saben, un maestro se nombra por sus devotos, lo llamaremos Nniestro))
Ci'ano tramaba en círculos (con-cén-tri-cos) y como yo, abusaba de paréntesis y la sangre que fluye torpe (lo adivinaron, entre palabras). Pero su verdadero delirio, la repetición de la que padres y hermanos no pudieron alejarlo, eran los puntos focales…
Ci'ano amaba la síntesis que se expande:
#EnEsteSignificadoTeVeoViéndomeViéndoteViéndomeViéndoteViéndomeViendote la palabra elástica que lo mismo conecta y ahorca, la suma de palabras (ergo frases) que hieren y al tiempo lamen; en fin, el diálogo.
Nniestro optó por varios caminos o uno solo hecho de brechas, un continuo de estrategias (que se sabe, persiguen deseos, no resultados)
Silencio - cómplice - caricia distante - rostro que en una mueca lo dice todo - risa también cómplice - silencio repetido - queja quieta - y finalmente, el regaño...
(Nni y Estro, como buenos aretes, saltaron directo a la sorna y la ofensa que-cabe-en-una-sola-palabra)
El regaño, por simpleza, atemorizó: "La palabra es la salvación, el fin de cuevas, te exijo renuncies a cubrirte con ella y amarrar al tiempo, multitudes que se entienden."
(Nniestro, lo sospecharán, creía en la palabra pequeña, mani-atada, apretujada en una serie clarita de reglas), la palabra pues, que se encarama para quedar a-pe-ni-tas de su estatura. La razón es simple: él cabía en su nombre.
(Imaginemos un segundo su tragedia: en tu nombre te agotas)
Ci'ano no sólo era voraz, también era generoso. Primero, claro, lo primero: dio vueltas frenético, sacó la lengua y con tres-palabrejas-filo despegó las cabezas de Nni y Estro de sus, seamos honestos, endebles cuerpesitos. Ya en el suelo, sus vocecitas repetían autómatas las mismas ofensas (Ci'ano entendió).
Segundo, claro, lo segundo: Ci'ano bailó para el que, lo reconoció, era también su maestro:
En el espacio negativo, en eso que tú no eres, en los paréntesis de los que abuso y tú huyes, ahí como rendija me acurruco (y a veces, araño la cara) en mis palabras que son cruces que son ligas que son puntos focales que son #
…
Dicen que Ci'ano se retiró a ver una película de horror, mientras Nniestro, incauto, llamaba en la oscuridad a Nni y Estro... #dicen
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